1º. Es la aleccionadora la enseñanza de los dos marínos que donde cayeron del barco a la mar sin que los demás se percatasen de ello. Asustados, nerviosos, llenos de miedo, veían cómo el barco seguía avanzando metiéndose más y más en la oscuridad. Cuando ya no pudieron ver no el barco en el mar, se sintieron solos abandonados, sin nada ni nadie a quien pedir ayuda. Ellos solos, remando y remando sin saber si iban hacia alta mar o hacia la costa o hacían donde...... Como es normal se convirtieron en simples autómatas, presa de las aguas del mar que es lo único que les rodea. Lo suyo era simplemente remar. Para ellos, todo era muy oscuro. Cuando el cansancio se estaba ya apoderando de ellos, cuando empezaban ya a temer lo peor, cuando iban ya a tirar la toalla, ocurrió algo maravillo: sus ojos, con los parpados ya medio cerrados, pudieron percibir el rayo de luz intermitentemente enviado por un faro siti en la lejana costa. Fue el estimulo impresionante que les levantó, que les dio fuerza, que les llenó de esperanza que les hizo descubrir que, aunque difícil, había una posible meta de salvación.que lo que había que hacer era, como fuese, seguir nadando. Y nadaron y lucharon hasta llegar a tierra firme.
2º. EL ADVIENTO que terminamos de iniciar es un tiempo litúrgico fuerte de paz, de alegría y de esperanza; de irreflexión, de emprender caminos nuevos, de acercamiento profundo a Dios, de descubrí en medio de la barahúnda y ajetreo de la vida, el "faro" salvador (Dios) que te ayuda a encontrar sosiego y a llenar tu vida. Ese "faro" "Dios" te invita, te anima, te ayuda a seguir navegando día tras día hasta encontrarte con EL. Eso es el ADVIENTO del que la Iglesia nos habla en estas cuatro semanas anteriores a la Navidad, día en que Jesús nació para vivir en el corazón de todo hombre, de toda mujer, es decir, de todo ser humano.
3º. Lee despacio el caso de los dos nadadores y aplicártelo a ti mismo. Recalca que pudieron descubrí el faro y llegar a él por que cuando Dios les envío la luz, estaban allí atentos para recibirla. No dejes nunca tu corazón solo; es muy peligroso. Si sales de tu corazón o te ausentas de el, cuando Dios venga a ti a mostrarte el "faro", ni te lo podrá decir, ni te lo podrá proporcionar el animo y la fuerza que necesitas. Si sales, si te ausentas de tu corazón, si buscas solución a tus problemas, lleva el corazón contigo. El adviento es un encuentro entre Dios y tu.
Padre Agustín Pedrosa, Consiliario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario